lunes, 30 de enero de 2012

XVI


Te veo mirarte
como Narciso absorto en si mismo
en su belleza
para caer inerte sin sentido


sin aliento


dejando ver solo un grito en el agua
con el humo de las antorchas


UN ÉXODO


de tristeza y de ropa en el suelo


esta noche esperare de nuevo para ver tu reflejo
cuando atravieses el espejo y llegues hasta mi
en el cuenco de plata en el que te despiertas


EN LA NOCHE


solo en la noche

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